El síndrome de dolor regional complejo (CRPS) es un trastorno de dolor crónico, poco frecuente. El CRPS es un reto tanto para los pacientes como para el médico debido a que provoca importante morbilidad debido al dolor crónico que en ocasiones persiste durante años. Es típico que el CRPS se desarrolle cuatro a seis semanas después de un traumatismo directo, como una lesión (p. ej., fractura) o cirugía. 1 Muchas recomendaciones de tratamiento para CRPS se basan en estudios más pequeños o directrices de consenso y de la práctica. Aunque la mayoría de los casos de CRPS se resuelve de manera espontánea sin tratamiento,2 el dolor, los síntomas relacionados, el impacto psicológico y la discapacidad requieren una estrategia bien informada, centrada en el paciente.
Epidemiología
El CRPS es tres a cuatro veces más frecuente en las mujeres que en los varones y la edad máxima de inicio es entre los 50 y 70 años.2-4 En pocos estudios se ha investigado de cerca la incidencia de la enfermedad, y la mayoría de los datos provienen de revisiones retrospectivas y bases de datos médicos. En estas revisiones se calcula que la incidencia de CRPS es de 5 a 26 por cada 100,000 personas por año.2 Debido a que los criterios diagnósticos se han revisado a lo largo del tiempo por múltiples especialidades, la incidencia referida tal vez sea menor a la real.1,3 En la investigación se ha mostrado que entre los pacientes con fractura, la incidencia de CRPS está entre 0.05 y 0.2% en los estudios más antiguos y de 3 a 7% en los estudios más recientes, aunque los criterios diagnósticos variaron.5
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Debido a la variedad de síntomas y la fluctuación en la intensidad de estos a lo largo del tiempo, los síntomas de la CRPS se atribuyen a que se finge la enfermedad o a somatización. Sin embargo, no se ha demostrado ningún rasgo psicológico o de personalidad que predisponga a un individuo a padecer CRPS.6 Aunque los trastornos de Eje I concomitantes, en especial depresión mayor, están presentes incluso en 49% de los pacientes con CRPS, no existe evidencia de que los trastornos psiquiátricos concomitantes sean más frecuentes en quienes tienen CRPS, en comparación con otros pacientes con dolor crónico.7