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MARZO 2022 ­

Osteomielitis: diagnóstico y tratamiento

David C. Bury, DO, MPH, Martin Army Community Hospital, Fort Benning, Georgia; Uniformed Services University of the Health Sciences, Bethesda, Maryland
Tyler S. Rogers, MD y Michael M. Dickman, DO, MBA, Madigan Army Medical Center, Joint Base Lewis-McChord, Washington; Uniformed Services University of the Health Sciences, Bethesda, Maryland; University of Washington School of Medicine, Seattle, Washington

La osteomielitis es un padecimiento inflamatorio del hueso, secundario a un proceso infeccioso. La osteomielitis suele diagnosticarse clínicamente con apoyo de hallazgos de imagen y de laboratorio. La biopsia de hueso y cultivos microbianos ofrecen el diagnóstico definitivo. La radiografía simple debe realizarse como estudio de imagen inicial, aunque la sensibilidad es baja en las etapas tempranas de la enfermedad. El estudio de resonancia magnética, con y sin contraste, tiene mayor sensibilidad para identificar las áreas de necrosis ósea en las etapas tardías. La estadificación basada en factores de riesgo mayores y menores ayuda a estratificar a los pacientes para el tratamiento quirúrgico. Los antibióticos son la opción de tratamiento principal y deben individualizarse con base en los resultados del cultivo y los factores del paciente. A menudo se requiere el desbridamiento óseo quirúrgico, y se justifican otras intervenciones quirúrgicas en los pacientes de alto riesgo o quienes tienen enfermedad extensa. La diabetes mellitus y la enfermedad cardiovascular aumentan el riesgo general de osteomielitis aguda y crónica. (Am Fam Physician. 2021; 104(4): 395-402. Copyright © 2021 American Academy of Family Physicians.)

La osteomielitis es un padecimiento inflamatorio del hueso, secundario a infección; puede ser aguda o crónica. Los síntomas de la osteomielitis aguda incluyen dolor, fiebre y edema del sitio afectado, y lo típico es que los pacientes se presenten sin necrosis ósea en días o semanas después de la infección inicial. La osteomielitis crónica se desarrolla después de meses a años de infección persistente y se caracteriza por la presencia de hueso necrótico y trayectos fistulosos desde la piel hasta el hueso.1,2 La osteomielitis se clasifica además por el mecanismo de infección como hematógena o no hematógena. En la primera las bacterias se siembran dentro del hueso en forma secundaria a una infección en el torrente sanguíneo y este padecimiento es más frecuente en los niños, adultos mayores y personas con inmunocompromiso.1-3 La osteomielitis no hematógena ocurre por inoculación directa en el caso de cirugía o traumatismo o por diseminación desde los tejidos blancos contiguos e infecciones articulares.1,2

Etiología

El Staphylococcus aureus sensible a la meticilina es el patógeno que se identifica con mayor frecuencia en todos los tipos de osteomielitis, seguido de Pseudomonas aeruginosa y S. aureus resistente a la meticilina. La osteomielitis hematógena es a menudo monomicrobiana y se presenta por bacilos gramnegativos aerobios o por P. aeruginosa o Serratia marcescens en los usuarios de drogas inyectadas.4 La osteomielitis vertebral es el tipo más frecuente de osteomielitis hematógena y es polimicrobiana en 5 a 10% de los casos.1 En ocasiones los hemocultivos son negativos si la osteomielitis se desarrolla después de la eliminación de las bacterias en el torrente sanguíneo. La osteomielitis no hematógena es a veces polimicrobiana; S. aureus es el patógeno más frecuente, además de estafilococos coagulasa negativos y aerobios gramnegativos y anaerobios. Las infecciones polimicrobianas de pie diabético y úlceras de decúbito incluyen especies de Streptococcus y especies de Enterococcus.1

 

Este contenido clínico se ajusta a los criterios de la AAFP para educación médica continua (CME, continuing medical education).
Revelación del autor: sin afiliaciones financieras relevantes
Información para el paciente:
en Ir_al_sitio, está disponible un folleto sobre este tópico.

Los patógenos menos frecuentes en ocasiones se relacionan con ciertos padecimientos clínicos, que incluyen inmunocompromiso (especies de Aspergillus, Mycobacterium tuberculosis, especies de Candida), drepanocitosis (especies de Salmonella), infección por VIH (M. tuberculosis).1,5,6

Características clínicas

La presentación clínica de la osteomielitis no hematógena varía y los síntomas a menudo son inespecíficos. Los signos y síntomas comunes a todos los subtipos incluyen dolor, edema y eritema. La osteomielitis aguda se presenta en ocasiones con un inicio más rápido de los síntomas (que se desarrolla a

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