La fiebre de origen desconocido (FUO, fever of unknown origin) en adultos, constituye uno de los retos diagnóstico más grandes en la medicina. En una gran proporción de los pacientes que se presentan con FUO en los países de mayor ingreso, no llega a identificarse una causa, y en muchos casos se debe a presentaciones atípicas de enfermedades frecuentes, más que trastornos o enfermedades poco frecuentes.1,2 La falta de estudios diagnósticos estándar conduce a frustración de los médicos y los pacientes, y a menudo se realizan numerosos procedimientos no invasivos e invasivos sin llegar a un diagnóstico definitivo.1,3 En la actualidad, la definición más ampliamente aceptada, de la FUO, requiere sólo de una temperatura corporal clínicamente documentada de 38.3° C o más en varias ocasiones y un estudio diagnóstico que no muestre anomalías.2,4 Definiciones previas han indicado marcos temporales mínimos para la investigación; sin embargo, se reconoció que eran arbitrarios y no se incluyen en la definición de consenso actual.2,4
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Diagnóstico diferencial
Las causas frecuentes de FUO incluyen infecciones, neoplasias malignas, enfermedad inflamatoria no infecciosa (p. ej., vasculitides, enfermedad granulomatosa, enfermedades del tejido conjuntivo), diversas y no diagnosticadas2,4,5 (Cuadro 1).6 En los países de menores ingresos es típico que tengan tasas más altas de infecciones y neoplasias malignas como causas de FUO. Lo típico en los países de mayor ingreso es que sean más frecuentes las enfermedades inflamatorias no infecciosas y los casos no diagnosticados, es probable que se deba al acceso a estudios de sofisticados de imagen que permiten la detección de tumores.1,2,5