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DICIEMBRE 2022
Atención médica de la mujer activa
Katherine Wojnowich, MD, Bayfront Health St. Petersburg Medical Group Sports Medicine, St. Petersburg, Florida
Rachel Dhani, MD, University of South Florida, Tampa, Florida
La actividad física tiene muchos beneficios relacionados con la salud, que incluyen prevención y tratamiento de la enfermedad crónica, manejo del peso y mejoría de la salud mental. Las niñas y mujeres activas de todas las edades y capacidades tienen riesgo de deficiencia relativa de energía en el deporte, lo que comprende un síndrome de baja disponibilidad de energía, irregularidades menstruales y trastornos del metabolismo óseo. La presencia de amenorrea u oligomenorrea indica una reducción de la disponibilidad de energía. Las mujeres activas están en riesgo de lesiones por sobreesfuerzo, que incluye el síndrome de dolor femororrotuliano, el síndrome de banda iliotibial y fracturas de esfuerzo; el tratamiento suele incluir modificación de la actividad, un periodo de reposo y fisioterapia. Las mujeres activas tienen también riesgo de lesiones agudas, que incluyen conmoción cerebral y lesiones del ligamento cruzado anterior. Las pacientes embarazadas, sin contraindicaciones, que eran activas antes del embarazo, pueden continuar con estas actividades, y quienes no eran activas pueden aumentar su nivel de actividad de modo gradual hasta una meta de 150 minutos por semana. El ejercicio moderado durante el embarazo reduce el riesgo de diabetes mellitus gestacional, preeclampsia y operación cesárea. El ejercicio posparto enfocado en el fortalecimiento de los músculos abdominales y del piso pélvico mejora la disfunción del piso pélvico. Se ha demostrado de manera consistente que los programas de ejercicio supervisado, enfocados en la fuerza y el equilibrio, reducen el riesgo de caídas y lesiones producidas por ellas en mujeres de edad avanzada. (Am Fam Physician. 2022; 106(1):52-60. Copyright © 2022 American Academy of Family Physicians.) |
Desde la aprobación en EUA del Título IX en 1972, la participación femenina en deportes en todos los niveles ha aumentado en forma constante;1 sin embargo, en general, las mujeres continúan siendo menos activas que los varones, empezando desde la niñez.2 El juego activo en la niñez, tiene un impacto importante sobre el manejo del peso, la socialización y la autoconfianza. Es posible alentar a las niñas para que sean físicamente activas durante la niñez temprana, con el fin de cultivar el disfrute del deporte durante toda la vida. La educación sobre la participación en múltiples deportes, en oposición a la especialización temprana, ayuda a favorecer este disfrute debido a que los niños que participan en múltiples deportes tienen menos probabilidad de presentar lesiones por sobreesfuerzo y agotamiento.3,4 Los beneficios del atletismo en la niñez continúan a lo largo de la edad adulta. En las mujeres adultas, el ejercicio está relacionado con múltiples beneficios, que incluyen reducción del riesgo de depresión, enfermedades crónicas (p. ej., enfermedad cardiovascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes mellitus, obesidad), cánceres de mama y ovario, así como caídas y fracturas. Aunque existen beneficios significativos del ejercicio en todas las poblaciones y edades, las mujeres activas tienen también riesgo de lesiones por sobreesfuerzo y traumáticas. En este artículo se analizan consideraciones especiales para la paciente activa, de género femenino asignado al nacer. La información acerca de la atención médica de las atletas transgénero se encuentra en un número anterior del American Family Physician (AFP).5,6
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Preocupaciones frecuentes en la mujer activa
LESIONES POR SOBREESFUERZO
En las mujeres activas, las lesiones por sobreesfuerzo son más frecuentes que las lesiones musculoesqueléticas agudas.7,8 Varias condiciones anatómicas predisponen a las mujeres a lesiones específicas por sobreesfuerzo, entre las que se incluyen el síndrome de la banda iliotibial, síndrome de dolor femororrotuliano y fracturas por esfuerzo; en el Cuadro 1 se describen estas condiciones, las cuales incluyen el alineamiento pélvico y de la rodilla, aumento en la laxitud de la articulación y disminución de masa muscular promedio, en comparación con los varones.8-19
| SORT (Strength of Recommendation Taxonomy): RECOMENDACIONES CLAVE PARA LA PRÁCTICA | ||
| Recomendación clínica | Calificación de la evidencia | Comentarios |
| La terapia física enfocada en el fortalecimiento de la cadera y el cuádriceps mejora los resultados a corto y largo plazo en el síndrome de dolor femororrotuliano.9,12,13 | C | Opinión experta y directriz clínica |
Las estrategias preventivas de la lesión del ligamento cruzado anterior durante el atletismo incluyen ejercicios de fortalecimiento de extremidades inferiores y entrenamiento neuromuscular enfocado en la mecánica del aterrizaje.16-19 |
A | Opinión experta y metaanálisis de estudios comparativos con asignación aleatoria que demuestran reducciones clínicamente significativas en las tasas de ruptura de ligamento cruzado anterior |
| La presencia de amenorrea u oligomenorrea debe desencadenar una detección adicional en busca de otros componentes de reducción de la disponibilidad de energía.31-34 | C | Opinión experta, |
Este contenido clínico se ajusta a los criterios de la AAFP para educación médica continua (CME, continuing medical education).
