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Nefropatía crónica: prevención, diagnóstico y tratamiento

Andrew J. Goodbred, MD, St. Luke’s Family Medicine Residency–Anderson, Easton, Pennsylvania; Lewis Katz School of Medicine at Temple University, Philadelphia, Pennsylvania

Robert C. Langan, MD, St. Luke’s Family Medicine Residency–Sacred Heart, Allentown, Pennsylvania; Lewis Katz School of Medicine at Temple University, Philadelphia, Pennsylvania

La nefropatía crónica (CKD, chronic kidney disease) afecta a cerca de 15% de la población estadounidense y muchas personas no están conscientes de su diagnóstico. Se debe considerar hacer detección en pacientes con enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus, hipertensión, pacientes de 60 años de edad y mayores, en quienes tienen antecedentes familiares de nefropatía, lesión renal aguda previa o preeclampsia. El diagnóstico y la estadificación de la CKD se basa en la velocidad calculada de la filtración glomerular (eGFR, estimated glomerular filtration rate), excreción excesiva de albúmina urinaria o evidencia de daño parenquimatoso renal, con una duración mayor de tres meses. La eGFR debe determinarse mediante el uso de la ecuación de creatinina de la CKD-EPI sin la variable de raza. Están disponibles calculadoras de riesgo para estimar el riesgo de progresión a nefropatía terminal. Cuando es posible, debe medirse la cistatina C en suero, para confirmar la eGFR en pacientes con CKD. La presión arterial debe mantenerse por debajo de 140/90 mm Hg, con una presión arterial sistólica meta de 120 mm Hg o menos para pacientes que toleran la terapia, mediante el uso de un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina o un bloqueador del receptor de angiotensina. En pacientes con diabetes tipo 2 que no han alcanzado su meta de glucemia deben considerarse los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa-2 y metformina. Los medios de contraste yodados intravenosos reducen de manera temporal la eGFR y deben evitarse en pacientes con CKD avanzada. Es importante el manejo interdisciplinario de los pacientes con CKD para reducir la morbilidad y mortalidad, y los pacientes con alto riesgo de progresión a nefropatía terminal deben referirse al nefrólogo. (Am Fam Physician. 2023;108(6):554-561. Copyright © 2023 American Academy of Family Physicians.)

La nefropatía crónica (CKD, chronic kidney disease) afecta a cerca de 15% de la población estadounidense; sin embargo, nueve de cada 10 personas no sabe que tienen deterioro de su función renal.1 La CKD se diagnostica tres veces más a menudo en las personas de raza negra que en las personas de raza blanca.1.2 La CKD es más frecuente en las mujeres que en los varones, aunque estos tienen más probabilidad de progresar a nefropatía terminal (ESRD, end-etapa renal disease).1,2 La CKD es más frecuente en pacientes de 60 años y mayores, en comparación con los pacientes más jóvenes, y la enfermedad más avanzada se relaciona con un aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte.1,3

 

Este contenido clínico se ajusta a los criterios de la AAFP para educación médica continua (CME, continuing medical education).
Revelación del autor: sin afiliaciones financieras relevantes

Definición y estadificación

La CKD se define como índice de filtración glomerular calculada (eGFR, estimated glomerular filtration rate) menor de 60 mL por minuto por 1.73 m2 o marcadores de daño renal, que incluyen anomalías funcionales o estructurales como albuminuria (excreción de albúmina a razón de 30 mg por g o más diario o cociente albúmina/creatinina de 30 mg por g o mayor), examen general de o ina anormal y riñones poliquísticos o displásicos. La CKD persiste durante más de tres meses.4 La estadificación de la CKD del Kidney Disease: Improving Global Outcomes (KDIGO) se basa en la categoría del eGFR y el grado de albuminuria persistente.5 El G1 ( eGFR normal o alta) corresponde a un rango > 90 mL/minuto por 1.73 m2 y tiene tres categorías de albuminuria persistente (A1 <30 mg por g o bajo; A2 30 a 300 mg por g o moderado; A3 > 300 mg por g o alto). El G2 (eGFR levemente disminuida) corresponde a un rango de 60 a 89 mL/minuto por 1.73 m2 y tiene tres categorías de albuminuria persistente (A1 <30 mg por g o bajo; A2 30 a 300 mg por g o moderado; A3 > 300 mg por g o alto). El G3a (eGFR levemente a moderadamente disminuida) corresponde a un rango de 45 a 59 mL/minuto por 1.73 m2 y tiene tres categorías de albuminuria persistente (A1 <30 mg por g o moderada; A2 30 a 300 mg por g o alta; A3 > 300 mg por g o muy alta). El G3b (eGFR moderadamente a gravemente disminuida) corresponde a un rango de 30 a 44 mL/minuto por 1.73 m2 y tiene tres categorías de albuminuria persistente (A1 <30 mg por g o alta; A2 30 a 300 mg por g o muy alta; A3 > 300 mg por g o muy alta). El G4 (eGFR gravemente disminuida) corresponde a un rango de 15 a 29 mL/minuto por 1.73 m2 y tiene tres categorías de albuminuria persistente (A1 <30 mg por g o muy alta; A2 30 a 300 mg por g o muy alta; A3 > 300 mg por g o muy alta). El G5 (insuficiencia renal) corresponde a un rango < 15 mL/minuto por 1.73 m2 y tiene tres categorías de albuminuria persistente (A1 <30 mg por g o muy alta; A2 30 a 300 mg por g o muy alta; A3 > 300 mg por g o muy alta). La nefropatía crónica se define como una eGFR de < 60 ml por minuto por 1.73 m2 o la presencia de marcadores de daño renal como la albuminuria (de por lo menos 30 mg por 24 horas o 30 mg por g de creatinina) que persiste por lo menos durante tres meses. La clasificación incluye los niveles de la eGFR y la albuminuria. La etapa de nefropatía crónica corresponde a una categoría de eGFR (etapa 1 = G1). El riesgo de progresión depende de la eGFR y la albuminuria persistente. Bajo riesgo se refiere a nefropatía crónica en etapa 1 sólo si esa persona tiene marcadores de daño renal (p.ej., hematuria, enfermedad por riñón poliquístico)

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