David M. Quillen, MD; Scott H. Lang, MD; y Sara A. Lohbauer, DO
Un hombre de 22 años se presentó con ampollas en la parte inferior de las piernas. Las lesiones eran pruriginosas, pero no dolorosas. El paciente no presentaba otros síntomas. El día anterior, había estado en un bosque del norte de Florida durante más de 4 horas en un ambiente húmedo con temperaturas cercanas a los 26.7 °C. Vestía pantalones y botas altas con calcetines. Notó las ampollas por primera vez esa noche.
El paciente se encontraba por lo demás sano y no tenía antecedentes médicos de importancia. Recordaba haber experimentado una erupción similar, pero más leve, el año anterior. La exploración física reveló grandes ampollas en ambas piernas, desde justo por encima de los maléolos hasta la zona media del gastrocnemio y el sóleo (pantorrilla) (Figura 1). También se encontraron algunas lesiones en la cintura. Las ampollas se