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En un análisis de datos de reclamaciones nacionales se encontró que 21% de los adultos recibió por lo menos una prescripción de un corticoesteroide sistémico de corto plazo (menor de 30 días) durante un periodo de tres años, aún después de descartar a los pacientes que tenían asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer o padecimientos inflamatorios para los cuales están indicados los esteroides crónicos. Los diagnósticos más frecuentes relacionados con la prescripción de corticoesteroides de corto plazo incluyeron (de los más frecuentes a los menos frecuentes) infección de vías respiratorias, padecimientos de columna vertebral, rinitis alérgica, bronquitis aguda, trastornos de tejido conjuntivo y articulaciones, asma y trastornos de la piel.1 La mayoría de estos cursos cortos de corticoesteroides los prescribieron los médicos de medicina familiar y medicina interna.1¨ Varios estudios recientes han confirmado las elevadas tasas de prescripción de corticoesteroides sistémicos para pacientes con infecciones agudas de las vías respiratorias, que van de 11% de todas las infecciones respiratorias en pacientes ambulatorios en un estudio nacional2 a 70% de pacientes con por lo menos una semana de tos en un estudio pequeño en dos clínicas de atención de urgencias.3 Al parecer, la prescripción de corticoesteroides orales en cursos cortos no tiene efectos adversos significativos; sin embargo, en un conjunto grande de datos nacionales de reclamaciones de seguros privados, que incluyeron aproximadamente 1.5 millones de personas, se demostró que un curso corto de esteroides orales se relacionó con un aumento de riesgo de sepsis (riesgo relativo [RR] = 5.3), tromboembolia venosa (RR = 3.3) y fractura (RR = 1.9) en los primeros cinco a 30 días después del inicio de los esteroides, en comparación con aquellos que no