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SEPTIEMBRE 2020 ­

Parálisis cerebral: una revisión

Kirsten Vitrikas, MD y Heather Dalton, MD, David Grant USAF Medical Center, Travis Air Force Base, California
Dakota Breish, MD, Mountain Home Air Force Base, Idaho

La parálisis cerebral, la cual se presenta en dos a tres por cada 1,000 nacidos vivos, tiene múltiples causas que provocan lesión cerebral que afecta el movimiento, postura y equilibrio. Los trastornos de movimiento relacionados con la parálisis cerebral se catalogan como espasticidad, discinesia, ataxia o mixtos/otros. La espasticidad es el trastorno de movimiento más frecuente, que ocurre en 80% de los niños con parálisis cerebral. Los trastornos de movimiento de la parálisis cerebral provocan problemas secundarios, que incluyen dolor o dislocación de la cadera, problemas de equilibrio, disfunción de las manos y deformidad equina. El diagnóstico de parálisis cerebral es principalmente clínico, aunque el estudio de resonancia magnética ayuda a confirmar la lesión cerebral en el caso de que no exista una causa clara de los síntomas del paciente. Una vez que se ha diagnosticado parálisis cerebral, es posible utilizar un instrumento como el Sistema de Clasificación de la Función Motora Gruesa (Gross Motor Function Classification System), con el fin de evaluar la gravedad y la respuesta al tratamiento. El tratamiento para los trastornos del movimiento relacionados con la parálisis cerebral incluye la toxina A botulínica intramuscular, relajantes musculares sistémicos e intratecales, rizotomía dorsal selectiva y terapias física y ocupacional. Los pacientes con parálisis cerebral a menudo presentan problemas no relacionados con el movimiento y que requieren de tratamiento hasta en la edad adulta, entre ellos se incluyen disfunción cognitiva, convulsiones, úlceras de presión, osteoporosis, problemas conductuales o emocionales, y deterioro del lenguaje y la audición. (Am Fam Physician. 2020; 101(4): 213-220. Copyright © 2020 American Academy of Family Physicians.)

Los Centers for Disease Control and Prevention definen a la parálisis cerebral como un grupo de trastornos que afecta el movimiento, postura y equilibrio de la persona.1 Los hallazgos clínicos, que se deben a una lesión en el cerebro en desarrollo, son permanentes y no progresivos, aunque en ocasiones cambian con el tiempo. La parálisis cerebral es la discapacidad física más frecuente en la infancia, que en Estados Unidos ocurre en uno de cada 323 niños, cifra que ha sido relativamente estable durante décadas. 1,2

  Este contenido clínico se ajusta a los criterios de la AAFP para educación médica continua (CME, continuing medical education).
Revelación del autor: sin afiliaciones financieras relevantes.
Información para el paciente: en Ir_al_sitio. está disponible un folleto sobre este tópico.

Etiología

La parálisis cerebral tiene múltiples causas que afectan diferentes partes del cerebro, con lo que se contribuye a una amplia variedad de hallazgos clínicos. Cerca de 92% de los casos de parálisis cerebral se remontan al periodo perinatal.3 Los factores de riesgo incluyen nacimiento prematuro, infección perinatal (en particular corioamnioitis), restricción de crecimiento intrauterino, uso de antibióticos antes del término, y antes de la ruptura de membranas, acidosis o asfixia y gestación múltiple, cualquiera de las cuales provoca lesión cerebral.4,5 Menos de 10% de los casos es atribuible a hipoxia intraparto.6 En cerca de 8% de los pacientes la parálisis cerebral ocurre a una edad mayor, a menudo debido a una lesión en la cabeza o infección.3 A pesar de la identificación de los factores de riesgo, 80% de los casos no tiene una causa clara y se consideran idiopáticos.7

¿Qué HAY DE NUEVO SOBRE ESTE TÓPICO?
Parálisis cerebral
Aunque lo típico es utilizar la rizotomía para la diplejia espástica ambulatoria en niños con parálisis cerebral con nivel II o III del Sistema de Clasificación de Función Motora Gruesa (Gross Motor Function Classification System), los datos más recientes indican que es posible que sea útil también en casos más graves.
Se ha demostrado que la evaluación, utilizando el programa de vigilancia de la espasticidad relacionada con la cadera, combinado con la liberación quirúrgica preventiva temprana, reduce el dolor de la cadera, la dislocación de la cadera y la necesidad de cirugía de salvamento ortopédico.

Se necesita más investigación para delinear los factores fisiopatológicos, como la edad máxima a la cual una lesión posnatal puede considerarse como una causa de parálisis cerebral y los factores genéticos que pudieran contribuir al desarrollo de la parálisis cerebral.8,9

SORT (Strength of Recommendation Taxonomy): RECOMENDACIONES CLAVE PARA LA PRÁCTICA
Recomendación clínica Calificación de la evidencia Comentarios
En un niño con un trastorno de la función motora, permanente, no progresivo, compatible con parálisis cerebral, si no se encontró una causa en los estudios de imagen perinatal, es posible hacer neuroimagen, de preferencia estudio de resonancia magnética.9 C Directrices de la American Academy of Neurology y la Child Neurology Society, las cuales están basadas en una revisión sistémica y metaanálisis
Después de establecer el diagnóstico de parálisis cerebral, la gravedad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento se evalúa utilizando una herramienta basada en evidencia como el GMFCS.10,14 C Opinión experta
Las inyecciones de toxina A botulínica intramuscular se utilizan para reducir la espasticidad y deformidad, así como mejorar la movilidad y el control del dolor en niños con parálisis cerebral de cualquier grado.25,26 B Estudio
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