Mientras varios países se enfrentan a una segunda ola de brotes de COVID-19, muchos mercados emergentes están poniendo sus esperanzas en una vacuna que les permitirá reabrir sus economías con confianza, sin temor a que los servicios de salud se vean abrumados.
Con 20 millones de personas infectadas en todo el mundo y 735,000 muertes relacionadas con el virus al 10 de agosto de 2020, es cada vez más claro que se requiere una vacuna para que las sociedades y las economías vuelvan a la normalidad.