Lo que pueden hacer los médicos familiares para reducir la mortalidad materna Katy B. Kozhimannil, PhD, MPA, University of Minnesota
School of Public Health, Minneapolis, Minnesota Andrea Westby, MD, University of Minnesota Medical School,
Minneapolis, Minnesota
La salud materna está en un estado de crisis en las comunidades en todo Estados Unidos, en donde las tasas de morbilidad materna grave se triplicaron entre 1993 y 2014 y la mortalidad materna aumentó más de 50% entre 1990 y 2013.1,2 Cerca de 45% de las muertes maternas ocurre en los primeros 42 días del puerperio, antes de que la mayoría de las pacientes haya regresado para una consulta de seguimiento.3 Las pacientes embarazadas con múltiples padecimientos crónicos tienen mayor riesgo de morbilidad y mortalidad, al igual que aquellas con un ingreso bajo, las de raza negra o las nativas americanas.4 Las comunidades rurales enfrentan preocupaciones de salud perinatal particulares, con tasas más altas de mortalidad infantil y una ola creciente de cierres de unidades obstétricas hospitalarias.5,6 Por último el racismo y la pobreza son características estructurales de la sociedad que anteceden los determinantes sociales y clínicos, se cruzan con la geografía y dan forma a la salud en el puerperio y la mortalidad materna.
Cerca de una tercera parte de las mujeres estadounidenses que están embarazadas refiere haber recibido